miércoles, 12 de diciembre de 2012

Escribir Para No Sentir

Creo que por allí por el 2005-2006 solía tener esta sensación, como de un nudo en el estómago que subía hasta la garganta y que no me dejaba hacer nada. Impedía que expresara mucho de lo que siento y la única manera de soltarlo era vomitando letras en mi antiguo blog para depurar el malestar y acabar con esa sensación de cansancio y relajo. Si no había un teclado cerca, nunca faltaba el cuaderno, el trozo de servilleta o hasta de confort en el que plasmar un par de líneas para descargar la angustia. Si nada de eso funcionaba, lo más sano era desaparecer por un instante: perderme en las calles de Santiago Centro, en las plazas de Providencia o en los rincones de la Quinta Normal. Comer la mierda y luego reaparecer como si nada hubiese ocurrido.

En ese tiempo era más fácil desintegrarse, después de todo, habían mil y un opciones para volverse a armar. Hoy la cosa ya no es tan así...

sábado, 13 de octubre de 2012

Siempre he dicho que a pesar de
las cosas buenas o malas que han ocurrido en mi
vida... no me arrepiento de ninguno
de los días que he vivido...


... pero hoy, daría todo
por reprimir (o mejor suprimir)
completamente todo lo que
pasó ésta noche.-



Que éste día quede grabado a fuego...
Y que luego de eso, comience a arder...

sábado, 29 de septiembre de 2012

Sobre "El Quico"

Apuesto mis guitarras a que si en esa discoteque hubiese estado una mujer presentándose, le hubiesen preguntado a los hombres "¿Qué le harían a ella?" y aparece un tipo y dice "Es que yo tengo un secreto... le hago el Quico, se la pongo en la boca y le dejo los cocos acá (mirar imagen)"...
¡¡A ESE WEÓN LE APLAUDEN, LO TRATAN DE "MAESTRO" Y LE DAN HASTA UNA BECA!!

Para los que no entienden... busque por su cuenta, yo ya me reí de la humorada... pero a la gente se le pasó la mano hace rato.


Lo bueno de los blogs personales es que puedes desahogarte sin miedo a las represalias... en teoría.-

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Windsor


A veces todo se confunde
Uno quiere decir paz y sale guerra
Me mide los caminos y encuentras más mierda
Pero todo fluye cuando se moja la arena y suena:
“Hey little thing, let me light your candle
cause mama I´m sure hard to handle, now, gets around”

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Verdades

Demian llegó temprano a su "reunión" con Marielle. Su cita era a la lumbre de la catedral de Amiens, un lugar lo suficientemente abandonado y cliché para la sociedad cainita como para no despertar sospecha alguna. Demian estacionó su motocicleta a dos cuadras en un lugar donde no se aprecie y caminó hacia la catedral. Como él esperaba, Marielle aún no había llegado.

El atraso parecía impacientar a Demian, a pesar de que tuviese toda la eternidad para esperarla, no estaba dispuesto a perder más tiempo en conseguir la información sobre aquel "padre" que lo vendió al mejor postor. Demian podía perdonar muchas cosas, pero no la mentira y el engaño, mucho menos por parte de Alastor.

Giró su cuerpo en ciento ochenta grados y divisó las estatuillas que se alzaban a su alrededor: imponentes ángeles, poderosos santos y perversos demonios cruzaban de lado a lado la colosal estructura del edificio.

Decidió entrar a la catedral. A pocos metros de la entrada se hayaba una larga fila de ángeles petrificados, cada uno con su nombre grabado abajo y bajo ellos, la siguiente frase: "Car en lui ont été créées toutes les choses qui sont dans les cieux et qui sont en terre, les visibles et les invisibles, trônes, dignités, dominations, ou principautés, ou puissances: toutes choses ont été créées par Lui et pour Lui . Il est avant toutes choses, et toutes lescosaas dans la composent.". Demian leyó cada una de las letras, las cuales le parecieron un trago amargo. -"Porque en El fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados; sean potestades; todo fue creado por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, y todas las cosaas en El subsisten."-


Un detalle llamó la atención de Demian, muchos de los ángeles, fueron inmortalizados dando combate a demonios y potestades, los cuales yacían a los pies de los justicieros. Uno de los demonios: un monstruoso humanoide de doce alas (algunas rotas) yacía bajo la lanza de un ángel de imponentes alas oscuras; bajo la estatua rezaban sus nombres.


"Arcángel Raziel & Alastor."

Demian no podía concebir que el nombre de su sire (si es que su nombre no era otra de sus mentiras) haya sido inspirado por uno de los más severos y malvados demonios de todas las huestes del mal. Si hubiera investigado alguna vez algo sobre demonología, posiblemente no se hubiese confiado a la primera en él. Una voz femenina interrumpió sus pensamientos.

-Alastor es un demonio muy interesante. Dicen que encarna la némesis y la felicidad.- Marielle apareció en medio de la puerta, su cabello rubio y sus ojos de aguamarina contrastaban con todo el ambiente pétreo de la iglesia. En su mano llevaba una gruesa carpeta y bajo el abrigo una mal escondida pistola. Demian lamentó haber dejado sus armas bajo el asiento de la motocicleta. Ella se acercó a él y le besó en la mejilla con una confianza que él jamás había percibido de su parte. Luego estiró las manos hacia Demian y le alcanzó la carpeta.

-Ésto es todo lo que pude aprender sobre Alastor... al parecer es un tipo bastante multifacético. Tiene tres cuentas bancarias, millonarias por lo demás, bajo identidades falsas, una de ellas, la usa un siervo suyo, al parecer un ghoul, con la cual tiene negocios dentro de un supuesto "mercado vampírico". Sus identificaciones falsas son...- Demian oyó cada palabra de Marielle, mientras la imagen de su "padre" y creador se volvía humo y flotaba por las paredes de la catedral: sus muchas identidades, sus negocios con el Sabbat y su vinculación con la Mano Negra hacían parecer que Marielle hablaba de alguien a quién Demian jamás había visto. Un último detalle terminó por azotarle en el suelo: La última jugada de Alastor, que fue el último negocio donde vendía información sobre la Camarilla de París al Sabbat y que le costó la caza de sangre la hizo bajo el nombre y disfraz de Demian D'Lyoncourt. En caso de que todo saliera mal (y así fue) no sería su cabeza la que irían a buscar. Cuando ella terminó, el vampiro se dio cuenta de la extraña mueca que tensaba su rostro.

-Lo siento, Demian.- Musitó Marielle, notando la tensión de quien le acompañaba. -A veces, la verdad es una mala compañera.- Las palabras de Marielle parecían rebotar por las paredes de la iglesia y perderse antes de encontrar objetivo.

Demian dio tímidos pasos hacia la salida, la carpeta le pesaba como si fuese de plomo y sus pasos hacían eco en la catedral. Una sensación de incertidumbre se instaló en su corazón y empezó a revitalizarlo con una fuerza antes desconocida para él, la fuerza del odio. La mano de Marielle aterrizó con suavidad en el brazo del vampiro y le hizo detener.

-Demian. Sé que no elegiste ésto, pero es la verdad. Te ayudaré a encontrar a Alastor para que puedas responderte a ti mismo. No estás solo en esto.- Sus palabras eran como un chorro de agua fría, pero no había mucho que replicar. Tenía razón. La frase "Debo encontrar a Alastor... ya veré qué pasa desde ese instante" bailaba por la cabeza de Demian. Un amago de sonrisa asomó por la comisura de sus labios.

-Gracias, Marielle. Una vez que ésto acabe, prometo retribuírte como mereces.- La mano del vástago se deslizó por la mejilla de su compañera. Por un momento, imaginó como esas mejillas se hubieran sonrojado en vida al contacto de sus manos. Ella tomó sus dedos con ambas manos y sin soltarlos y con un cierto temblor en la garganta trató de desviar la conversación.

-Esto... el primer paso es viajar a Alicante. Los últimos movimientos bancarios de Alastor han comenzado desde allí. Es extraño pensar que él está en territorio Sabbat, pero realmente ya no sé qué esperar.- Poco a poco, Marielle iba subiendo la vista hasta alcanzar los ojos grises de Demian. Leyó en ellos la rabia y la duda, pero había algo más: una tenue luz que parecía estar dedicada para ella. A pesar del detalle, ella logró intuir lo qué él estaba pensando. -Sí, Demian. Es probable que él ya sepa que vamos por él.- Atajó en un acto de firmeza.

-Me lo imaginé. Pero no importa. Estaremos preparados.- Por un instante, Marielle creyó que la tribulación de Demian se había desvanecido.

-Tendremos que apurarnos...- Un chasquido en uno de los vidrios del techo interrumpió a Marielle. Demian alcanzó a voltear, pero no pudo ver nada. Marielle corrió hasta la salida con la mano dentro del abrigo, pero sólo alcanzó a divisar una robusta silueta saltando por los techos de la ciudad. Detrás de él, otra silueta más delgada le seguía desde más atrás. Los soplones se perdieron en el horizonte.

-¡Demian! Tuvimos compañía todo este tiempo.- Gritó Marielle. Cuando le miró de reojo, lo vio con un semblante tranquilo, mirando el programa iconográfico de esculturas que ostentaba la catedral. Los ojos clavados en el ángel Raziel. Una sonrisa ensombreció su semblante.

-Tranquila, Marielle. Yo tampoco vine solo a ésta fiesta.- Dijo Demian con un aire de picardía mientras sacaba un teléfono celular de su bolsillo. Marcó un número y se acercó a Marielle, guiándola con los ojos a que le siguiera. Luego de un rato se oyó un murmullo por el otro lado de la línea.

Demian respondió:
-Max. Dame tu ubicación. Te alcanzamos en la motocicleta.-

lunes, 10 de septiembre de 2012

Retazo

Y hoy, un completo extraño se toma éste espacio y remece los recovecos olvidados que una vez fueron vitales para sí mismo. Hoy, éste espacio no sangra verdades sacadas desde una mente con serios problemas de organización. A pesar de ello... la esencia no cambia, y es probable que mucho de él aún se desparrame entre líneas.

Este completo extraño mira a su alrededor con cara de turista en terreno conocido. Se sabe que alguna vez estuvo en aquel rincón y las cosas que puede encontrar, mas todo le huele a cuento viejo. Hoy, todo en éste blog está más organizado y limpio. Con menos borrones y más trazos, pero aún conserva esa fina hilera sentimental de cual escapa la subjetividad de quien escribe. Nuestro turista se pone nervioso: siente que el antiguo dueño poco a poco saldrá de su rincón olvidado y de un zarpazo tomará las riendas nuevamente.

Si bien escribir es un ejercicio que tengo casi tan abandonado como la fotografía. Ambos se permiten tenues flashes de lucidez, los cuales disfrutan para aparecer y hacer uno que otro estrago en la retina del curioso que hurga en espacios públicos. Hoy, nuevamente aparecen líneas bañadas en recuerdos, surge la necesidad de dejar  una señal totémica en éste muro como señal de que "algo" ocurrió, y que cada vez que el autor vea la marca grabada a fuego, sangre y memoria le haga recordar que fue real y no una mera quimera.

...el problema, es que hoy él no sabe qué ocurrió.-

jueves, 8 de marzo de 2012

Ningún Copo de Nieve Cae en el Lugar Equivocado


En la India, a los niños desde pequeños se les enseñan cuatro leyes que deben guiar sus vidas, éstas son las "Cuatro leyes de la Espiritualidad": frases simples que pueden o no pueden calar en los corazones de los pequeños y ayudarles en sus decisiones. Es obvio que los occidentales no tenemos esta visión de mundo, pero no está demás echarles un vistazo.

La primera ley dice: La persona que llega es la persona correcta: Nadie llega a nuestras vidas por casualidad. Todas las personas que interactúan con nosotros, llegan con un sólo propósito: el de hacernos crecer y dejarnos enseñanzas que a futuro nos ayudarán.

La segunda ley dice: Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido: Absolutamente nada de lo que ocurre en nuestras vidas (ni el detalle más insignificante) pudo haber sido de una forma diferente. No existe el "Si hubiera hecho esto, todo sería distinto." No. Lo que pasó, fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que ser de tal manera para que aprendiésemos la lección y sigamos adelante. Todas las cosas que nos ocurren en la vida, son situaciones perfectas, aunque nuestro ego quiera pensar lo contrario, o se niegue a aceptarlo.

La tercera ley dice: En cualquier momento que comience es el momento correcto: Todas las cosas que ocurren en nuestras vidas, comienzan en el momento perfecto en que deben pasar. Y ese momento perfecto es únicamente cuando estemos preparados para recibirlo.

Y la cuarta y última ley: Cuando algo termina, termina: Simple, ¿cierto? Pues sí. Cuando algo termina en nuestras vidas, no debemos volver a traerlo, ya que cuando algo se acaba es porque cumplió con su ciclo y nos dio la lección que debió darnos. Sólo nos queda seguir avanzando con aquella experiencia atesorada en el corazón. Tomarlo como una lección para no volver a tropezar con el mismo error y así aumentar el número de herramientas para enfrentar la vida.

Si esto llegó a tus ojos, así como una vez llegó a los míos, es porque es tiempo de comprender que nada en la vida ocurre sin un sentido. Ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.-